Hace un par de semanas, estaba hablando con un compañero de trabajo y mencioné que trabajo desde Brasil, y cómo de frustrante es a veces comunicar las cosas en inglés. Me contestaron “No me puedo ni imaginar cómo es eso de trabajar en un segundo idioma”. Ahí me di cuenta, por primera vez, de que mi experiencia en el trabajo no es la misma que la de los demás.
No lo había pensado de esa manera. Siempre me he visto haciendo exactamente lo mismo que mis compañeros de trabajo. Pero ese comentario me hizo darme cuenta de que, además del trabajo “normal” que realizamos, los hablantes no nativos también tenemos este “proceso en segundo plano siempre en marcha” de comunicarnos en un segundo idioma.
Recordé cómo a veces me sentía inseguro acerca de mis habilidades para hablar, principalmente cuando era el único hablante no nativo en una reunión. Recordé no poder decir exactamente lo que quería, sino lo que podía decir que se acercaba lo suficiente.
Esto no significa que no debamos trabajar en inglés (aunque desde luego tener a otros brasileños aquí me hizo sentirme más en casa) ni que los hablantes no nativos de inglés sean de alguna manera mejores. Lo que estoy diciendo a otras personas en una situación similar es que está bien sentirse cansado después de un día entero de trabajo en un idioma que no es el tuyo. Está bien cometer errores. Está bien olvidar palabras. Está bien no entender algunas cosas. ¡Está bien ser humano!
Como hablante nativo o como empresa ¡también puedes ser de ayuda! Ser consciente de cómo se sienten los demás es el primer paso hacia un entorno laboral más saludable, pero el uso de un lenguaje más sencillo y tener un equipo más diverso también ayuda. Además, la comunicación escrita resulta menos estresante, ya que las personas tienen tiempo para pensar, reformular frases a su gusto y utilizar herramientas como traductores y Grammarly.
El trabajar completamente de forma remota permitió a thoughtbot contratar personas de todo el mundo, y no puedo destacar lo suficiente lo enriquecedor que ha sido esto culturalmente para el equipo. Pero esto requiere amabilidad. No solo hacia los demás, sino, en particular, ¡sé amable contigo mismo/a!